Con mi grupo de Capoeira hicimos un viaje de fin de semana al Iztaccihuatl, no alcancé a subir hasta la cima por falta de equipo, pero estuvo padrísimo, me encantó el viaje y la energía que se siente impresionante.
El cielo en la noche te deja sin palabras y el amanecer con colores increíbles.
Tengo que volver pronto.